Nuestras patrias independientes se hicieron con la contribución de hombres de diversas latitudes. Haber nacido americano, hispanoamericano, era suficiente título para considerarse y ser considerado ciudadano de cualquiera de estas naciones. Y así lo consagraban las primeras leyes de nuestras jóvenes Repúblicas.
Plasma el enfado del escritor hacia la Real Academia de la Lengua, organización ésta que consideró al pensamiento político liberal de Montalvo como la causal para no aceptarlo como su miembro.
Nadie disputaría el hecho de que Juan Montalvo es uno de los grandes escritores en lengua castellana como lo atestiguaron Miguel de Unamuno, Juan Valera, la Condesa Pardo Bazán, Castelar, en España, al igual que Caro y Cuervo en Hispanoamérica. En el Ecuador nadie le iguala en el manejo del idioma; apropiado y castizo, con una riqueza de locuciones y léxico en general, engarzando el estilo más puro y desenvuelto de su época.
Es la obra mayor dentro de su género en la Literatura de América, aparecida en Panamá en 1880, bajo los auspicios del General Eloy Alfaro, editada por la Imprenta de "La Estrella de Panamá". Son doce capítulos, a lo Cicerón, escritos en forma efervescente, como furibundos latigazos, contra la dictadura de Veintemilla.
Un Juan Montalvo pensador. Hay aciertos filosóficos, abundan los aforismos ya arrancados del venero clásico; descorre una serie de juicios cuyo valor persiste hoy en día.
El "Libro de las Verdades", como manifiesta su autor. Obra de afiebrada pasión, sin miramientos ni escrúpulos hacia dignidades o canonjías. Suelta la palabra, corre y recorre por los más cáusticos calificativos y epítetos peyorativos.
El libro Montalvo para niños propone dos fases de estudio; en la primera, ofrece detalles de la vida familiar y muerte de Juan Montalvo; en la segunda, se amplía información y contextos de su aporte, ideológico-político; humanista y literario.